El 28 de enero presentamos Felipe el Hermoso. Anatomía de un crimen en la Librería Oletum de Valladolid.
Europa Press dio la noticia y el anuncio de la presentación apareció en un montón de medios castellano-leoneses. Este es el enlace de El Periódico (David Botello y May Rodríguez presentan este jueves en Valladolid ‘Felipe el Hermoso. Anatomía de un crimen).
Efe también difundió la información, y La Vanguardia también se hizo eco (Anatomía de un crimen cuestiona la forma oficial de contar la Historia).
Nos gustó mucho la entrevista que nos hizo Samuel Regueira (@samuelregueira), El asesinato de Felipe el Hermoso, para El Norte de Castilla, en la que destaca:
‘Felipe el Hermoso. Anatomía de un crimen’ (Oberon, 2015) resulta un libro insólito. No por lo que cuenta, que también, sino por cómo lo cuenta». […]
La identidad del asesino, que no desvelaremos aquí, es solo uno de los transgresores ingredientes con los que este libro se sustenta. Escrita, pues, en un tono desenfadado y con un registro alejado de la solemnidad, la obra, presentada ayer en la librería Oletvm, se permite «contar la Historia como si fuera una historia», en palabras de sus autores. […]
A lo largo de sus casi 300 páginas, los autores bucean en las miserias de Isabel la Católica, sus intrigas contra Juana la Beltraneja y su carácter despiadado y astuto, «mucho más atractivo como personaje que el que nos han tratado de vender», aseguran. Probablemente la verdadera protagonista del libro, que experimenta el auge y la caída tras ver cómo sus herederos fallecen uno a uno y terminar sus días con un doloroso cáncer de útero: «Murió convencida de que estaba sufriendo un castigo divino», sostienen. […]
Para el final solo queda la muerte de Felipe I, el Hermoso. […] ‘El Incómodo’, matizan, pues su presencia echa por tierra el mito de que los Reyes Católicos cimentaron la unidad de España. Por ese y por otros motivos juegan con la hipótesis de que falleciera víctima de una intriga digna de ‘Juego de tronos’, algo que se demostraría, añaden, si se exhumara su cadáver: «En cualquier otro país civilizado ya lo habrían hecho», mantienen.