Esta es la entrevista que le han hecho a Santi Millán en Godot, la web de las artes escénicas.
28 febrero 2011
El actor catalán vuelve al teatro con una comedia romántica de David Botello, dirigida por Roger Gual, Más allá del puente. Le acompaña en escena Marta Torné y juntos interpretan un par de almas solitarias que necesitan amor.
Hace tiempo que no hacías teatro… ¿lo has echado de menos? Después de tirarme diez años con La Cubana, la verdad es que ha habido muchos momentos que no lo he echado nada de menos. Pero luego iba al teatro y veía cosas que me gustaban y ya me estaba picando otra vez el gusanillo. He hecho alguna cosa de stand up comedy y demás, pero ya tenía ganas de estar con un texto.
Más allá del puente es un encuentro entre dos obsesos del amor… ¿qué tipo de obsesos? Todos queremos trabajo, salud, dinero… pero en el fondo, el amor es lo que mueve el mundo, tenemos una necesidad biológica de querer y de sentirnos queridos. Lo que le pasa a este tipo es que sale de una relación que le ha dejado muy tocado y necesita a alguien que le quiera, se siente solo. Y se encuentra en un momento muy particular de su vida con otra persona que también está bastante jodida, y juntos, como el que no quiere la cosa, pues deciden emprender un camino…
¿Un camino que acaba bien o mal? Bueno, siempre que se habla de amor se habla de tragicomedia, porque hay momentos dulces y momentos amargos. Aquí pasa lo mismo, es un retrato de la vida misma. Los dos tienen reservas, pero sobre todo él tiene miedo de volver a salir mal parado de otra relación. Lo que hacemos es repasar, con saltos en el tiempo, el año de convivencia de estos dos personajes.
¿Está en crisis el concepto de amor? Se buscan nuevas formas de entender el amor, pero es algo que se tiene que sentir, se puede definir o intentar definir de una forma racional, pero una persona sin contacto humano, enloquece directamente, alguien sin amor es alguien enfermo.
¿Oye, lo tuyo fue vocacional? Sí, totalmente, yo empecé a los 10 años haciendo obras de teatro en el cole y demás y me lo pasaba muy bien haciéndolas, era algo muy lúdico, y pensé, pues me gustaría dedicarme a esto, sin más. Acabé estudiando arte dramático y me cogieron los de La Cubana con 19 años y salí con 29. Y hasta hoy. La Cubana fue mi gran escuela, no sólo a nivel teatral, sino a nivel personal: lo aprendí todo con ellos.